sábado, 31 de enero de 2009

Cuarto latido



TREINTA Y UNO


"Sergio tal vez no corriera, como le habia dicho, pero Tomas si, mucho, quizas demasiado. Y tan malo seria para su objetivo un accidente como que la policia lo detuviera por alguna infracion o por exceso de velocidad.


Montse, agarrada a el, le pidio que condujera con prudencia, sin apartar la vista de denlante pata intentar ver la moto de Sergio, su casco blanco, una esperanza.

Tal vez hubiera sido todo mas facil preguntandole a la dueña de la pension, las señas de Sergio. Ella debia de tenerlas en su registro.
Bueno era una posibilidad mas.

¿ Por que Sergio nunca se las habia dado?
Claro que, ¿ para que darselas? Ya no vivia en Tarragona.
¿O si?

Su cabeza estaba a punto de estallar. No compredia nada, nada en absoluto. De pronto todo era irreal, habia sucedido en un abrir y cerrar de ojos y, mientras corrian devorando kilometros por la carretera, los fragmentos de la carta zumbaban en su mente como aguijones, clavandose en las paredes de su cerebro: "Tus labios sellaron un monton de heridas", "tambien a mi me han hecho mucho daño", "jugar con el destinio"... Sus palabras y los recuerdos llenaban su mente: la timidez de Sergio, su miedo, la atracion que ambos habian sentido desde el primer dia, pero contra la que, de una forma u otra, ahora se daba cuenta, habian luchado.

Montse tenia sus razones, ¿y el?

La moto de situo a la izquierda para adelantar a una fila de coches delante de uno de esos semaforos que se activan segun la velocidad de los vehiculos y que salpican las entradas de los pueblos. Uno de los automovilistas hizo sonar el claxon en señal de protesta por el adelantamiento. Tomas ni se inmuto. El semaforo cambio de nuevo a verde cuando llegaba el asi que acelero y volvio a darle gas.

Montse, ante la sensacion de velocidad, sentia el vertigo de miedo mezclado con la esperanza. La moto de Tomas volaba y, sin embargo, sus esperanzas empezaron a agonizar al ver Vilafranca del Penedés a lo lejos, a unos tres kilometros.

La autopista para Tarragona se cogia pasado el pueblo, no antes, y en sabado, los munerosos semaforos que jalonaban el paso del la carretera por la localidad ejercian de continuos tapones. Quizas esa era la clave.

Parecia imposible, pero, aprovechando la larga recta, hicieron los tres kilometros en un tiempo record. Tomas queria cumplir la promesa hecha a Carolina, porque su hermana era peligrosa, capaz de arrancarle los ojos si le fallaba.

Al entrar en Vilafranca, se encontraron con una larga doble fila de coches parados a causa del primer semaforo. Tomas repitio el adelantamiento. Llegaro al semaforo sin ver la moto de Sergio.

Y entonces, en el siguiente semaforo, a punto de arrancar en cuanto se pusiera en verde, Montse lo vio.
Sergio.

-¡Alli! - grito por encima del hombro de Tomas.

La potente maquina de quinientos centimetros cubicos volo sobre el asfalto."



TRENITA Y DOS


"La moto de Tomas adelanto a la de Sergio nada mas iniciar la ultima marcha, con el cambio de rojo a verde. Primero, Sergio parecio no entender la maniobra. Despues al ver los gestos de Montse, la reconocio.

Casi se estrello contra el coche que lo predecia. Montse temio que no parara, pero, por si habia alguna duda, Tomas se coloco por delante para hacerlo frenar. Sergio disminuyo la velocidad, hasta detenerse a la derecha, y subio la moto sobre el paseo arbolado que constituia el bulevard central de Vilafranca. Tomas hizo lo mismo una docena de metros mas adelante, suficientes para que su pareja pudiera hablar a solas con el sorprendido Sergio.

Montse no perdio ni un segundo, ni siquiera para quitarse el casco y dejarlo en la moto de Tomas.Salto de ella y echo a correr mientras se lo sacaba. Lo acabo de hacer justo al detenerse delante de Sergio. Entonces sus manos cayeron a ambos lados del cuerpo, sin fuerzas, todavia sujetandolo con la derecha. Sergio tambien se habia quitado el suyo. Ambos quedaron como paralizados, incluso sus ojos, doloridos y con la huella de algunas lagrimas los de el, suplicantes los de ella.

La primera palabra tardo en estallar. Una eternidad.
Y la pronuncio Montse.

- ¿ Por que?
No hubo respuesta, solo dolor.
- ¿Por que? - repitio ella con mas fuerza.
- Era mejor dejarlo asi - susurro el.
- ¿Que te pasa?
- Nada - Sergio bajo los ojos rehuyendola.
-¿Es esto? - Montse se toco la cicatriz con la mano izquierda y, al ver que el no la miraba acabo gritando - ¡Mirame! ¿Es por esto?
- ¡No! - exclamo el muchacho.
- Dime un cosa, ¿sabias que la tenia?
- Si.
- ¿Sabes lo que paso?
- Si.
-¿Desde cuando?
- Desde el primer dia- confeso.
- ¿Como lo supiste?
- Por Dios Montse, ya basta. Eso no importa.
- Tu lo has dicho, no importa. -dijo ella - Lo unico que importa es que estoy bien, y aun me he sentido mucho mejor desde que tu... - la emocion le impidio continuar hablando, aunque lo intento - ¿No crees que... es tarde para echarse... atras?
- Nunca tenia que haber sucedido- movio la cabeza Sergio, victima de un profundo pesar.
- ¿Por que? - volvio a gritar Montse, incapaz de comprenderlo -Y ademas, ¿que importa esto ahora? ¡Ha sucedido y ya esta!
- Lo se - acepto Sergio.
- Entonces, ¿por que te vas?
- Por miedo - la miro fijamente - Te lo decia en la carta.
- ¿Miedo de que?
- Te quiero - dijo el.
No fue una aclaracion, sino un golpe, un estallido.

- Y yo a ti, por Dios... - gimio ella.
- Pero ha sido todo tan rapido.
- ¿Y que? Yo era la primera que no queria enamorarme, pero esas cosas no se escogen,pasan y ya esta. Ahora te quiero, ¿cual es el problema?
- Es que.. - apreto los puños y las mandibulas - ¡ No tengo nada! - acabo diciendo - ¡Acabo de llegar a Vallirana, estoy sin trabajo, no soy nadie, ni siquiera me conoces!
- ¿Es que alguien conoce a alguien alguna vez?- repuso Montse - Mis padres llevan casados venintitres años y a veces mi madre aun le dice a mi padre que no lo conoce. Para eso decide unirse la gente, para compartir cosas.
- Entonces soy un cobarde - se acuso Sergio.
- Todavia no se lo que eres, pero si se lo que no eres y, desde luego, no eres un cobarde. ¿Por que no te das una oportunidad y me la das a mi?
-Montse, ¿y si...?
- Sin preguntas - lo detuvo ella - Ni preguntas ni condiciones. Seguimos y nos damos el tiempo que parece que necesitamos, pero juntos.

Sergio dejo caer la cabeza sobre su pecho.

- Vuelvete conmigo, por favor - le pidio Montse - Ni siquiera tienes que preocuparte por el viaje, ¿Ves? Tengo casco.

Casi le hizo sonreir: Los dos sabian que llevaba uno de mas, ahora posiblemente posiblemente en la bolsa de viaje anudada atras.

-Estas loca- dijo el.
- Ya lo se. Creo que, que ademas del corazon, me cambiaron los tornillos de la azotea. Pero estoy de lo que hago, te lo juro.

Sergio tenia las manos libres. Se las puso en los hombros. Basto con ese contacto para que Montse dejara caer el casco al suelo. Paso sus brazos alrededor del cuerpo de Sergio. Y se abrazon despacio, largamente, sintiendose, antes de levantar sus cabezas y besarse por segunda vez en su vida.

En su universo, todo era paz y silencio.

Tanto, que ni siquiera oyeron el ruido de la moto de Tomas arrancando de nuevo para regresar a Vallirana.

El hermano de Carolina sonreia con serafíca complicidad."





TREINTA Y TRES


"La moto de Sergio se detuvo a unos metros de la casa de Montse, segun su costumbre. En el momento de bajar, ella se quito el casco. No solo tenia ganas de liberarse de esa coraza, sino tambien de respirar y, por encima de todo, de hacer lo que hiz cuando el tambien estuvo libre del suyo.
Abrazarle y besarle.

Sergio parecio asustarse primero, antes de mirar a su alrededor y ver que estaban solos. Luego cayo en la mas absoluta de las tentaciones,lleno de aquella dulzura. Cerro los ojos y naufrago en aquel pequeño oceano de ternura formado por los brazos, cuerpo y los labios de Montse. Ella estaba temblando

- Montse... - le oyo susurar.
- Despacio, recuerda, despacio - musito ella, acariciandolo.

Le paso una mano por la nuca, hundiendo los dedos en su cabello. El nuevo abrazo fu un poco mas fuerte. El nuevo beso, aun mas calido.
No querian separarse, pero lo hicieron. Solo un poco.
Montse deslizo el dedo indice de su mano derecha por el labio inferior de su compañero.

- ¿Despues de comer? - le pregunto-
-Si.
- ¿No volveras a escaparte?
- No.
- ¿De verdad?
- De verdad.
- Te quiero.
- Te quiero.

Otro beso mas. Hacia calor. Pero los dos temblaba, con ramalazos de frio recorriendo sus espinas dorsales. Calor y frio, un fascinante contrasentido.

Finalmente su labios se separaron.
Ante ellos se abria una larga y dolorosa cuenta atras.



Cuando Montse entro en su casa, penso que hacia una eternidad que habia salido de ella.

Sergio se quedo solo, en la calle, junto a su moto.

Entonces cerro los ojos y rompio a llorar, suavemente."





Continuara.....

miércoles, 28 de enero de 2009

Mis calcetines de rayas rojas y negras


Caliento mis manos al posarlas en una taza de café... activo mi mente y me sale una sonrisa, aun no se muy bien por que....

Estoy tranquila, muy tranquila, serena, sosegada, calmada,relajada...

Porque se que todo va a salir bien, porque confió en que va a salir bien.... confianza...

Recuerdos...recuerdos...recuerdos que durante días me han invadido la mente y no me han dejado mas espacio para disfrutar... hoy soy libre... libre de ti, tenia una cadena invisible que que si yo quererlo me ataba a ti... ahora que llega la hora de que tu te vayas, de que dejes tu casa, tu lugar, tu familia, tu vida... ahora pides perdón, un perdón que pides hace meses, pero ya es tarde el daño ya esta hecho. Tal vez en su momento no hayas sido consciente de lo que hiciste, hace ya tanto tiempo... y tu mente era (es) tan ruin...has arruinado una vida... y no has sido consciente de ello hasta ahora...

Miro hacia el suelo y veo mis pies descalzos... solo cubiertos por unos calcetines... de rayas rojas y negras... ¿y si la vida solo tuviera dos colores, esos dos? Durante mucho tiempo mi vida solo tenia esos dos colores... es lo que tu conseguiste... y aunque hoy en día aun estas en mi presente coartandome ciertos movimientos, formas parte de mi pasado y en un futuro la vida te dará jaque mate... y el día que pueda hablar de ti sin dañar a terceros... ese día... y solo ese día seré realmente libre...

Hay mas personas que han echo que viera la vida en los colores de mis calcetines, y ese es el mundo del voy a salir, y del que tal vez nunca debería haber entrado... o si... no me arrepiento, pero hoy te digo que ya no es lo mismo, yo ya no siento que eres en mi... y eso también me hace sentir libre...

Sigo pensando sin saber en que y aun esa sonrisa no se me ha ido de la cara...es la sensacion de libertad...

Os prometo que voy a continuar con el libro y os daré el final..

viernes, 23 de enero de 2009

Premios y premiados!!


Normas del premio:

Crear un tag/link de la persona que te ha indicado el Meme:

http://confesionesdesdeelagua.blogspot.com/ (Gracias Lorena)

http://cris-sentadaenestavida.blogspot.com/ (Gracias *Cris*)

Confesar 7 cosas raras/extrañas/diferentes sobre ti y tu personalidad en tu blog.

Crear un tag/link a 7 personas, invitándolas a participar del Meme.

Avisar a los 7 invitados que han sido afortunados mediante un comentario.

- Que me pregunten la misma pregunta mas de dos veces.

- Ver encima de la mesa el pan boca abajo.

- Un lunar en la planta del pie.

- Ponerme las piernas detras de la cabeza,la flexibilidad es lo que tiene...

- Estirarme el dedo pulgar de la mano izquierda par atras hasta tocar con el la muñeca.

- Odio que me toquen las gafas.

- Me gusta ver a mi amiga del programa de dinero de altas horas de la madrugada, solo la de telecino, creo que soy la unica amiga que tiene... jajajaja.


And the winners are...

jueves, 15 de enero de 2009

Cuarto latido

TREINTA


"Llegaron a la pension La Rosa, corriendo, jadeando y cubiertas de sudor. Carolin no hacia mas que mirar a Montse, temiendo que fuera a caerse de un momento a otro a causa de aquel esfuerzo. Pero si aun dudaba de sus fuerzas, aquello la convencion de una ver por todas de que su amiga estaga perfectamente. O bien, su ciega determinacion la empujaba hasta limites insospechados.


La dueña de la pension estaba en la recepcion, controlando algo en su libro de anotaciones. Se sobresalto al verlas aparecer, tanto por la forma intempestiva con que entraron como por su aspecto de absoluto descontrol. Parecia imposible que pudieran articular palabra,pero Montse lo logro.

-Sergio...¿Donde esta..Sergio, por...favor?

Tardo un segundo en reaccionar, un segundo que se le antojo una eternidad

- Se ha ido - anuncio la mujer - no hace ni cinco minutos.
-¿Donde... se ha ido? - insistio Montse.
- No lo se - la dueña de la pension las miro como si estuviesen locas. - Ha pagado, ha recogido sus cosas y se ha ido con su moto.

Montse y Carolina se miraron. La primera tenia las mandibulas apretadas, pero ni aun asi daba muestras de rendirse. La segunda estaba expectante.

-¿Ha dejado algun recado, algo..? - insistio Montse.
- No, nada. - la mujer la miro con cierta alarma - ¿Estas bien?

No lo estaba, pero le dijo que si y salieron fuera. Se quedaron en la mitad de la acera sin saber que hacer, aunque Montse centro su antencion en la carretera, primero hacia arriba y despues hacia abajo.

- Ha vuelto a Tarragona - dijo reflexiva - pero ¿por donde?

Carolina entendio su razonamiento. Habia dos caminos. Uno era por la N-340 en direccion al puerto del Ordal, para coger la autopista pasado Vilafranca del Penedés, a mitad de camino de Tarragona. El otro, por la misma N-340 pero en sentido contrario, diez kilometros hasta Molins y alli enlazar con la misma autopista casi desde el comienzo: noventa kilometros hasta Tarragona. Los dos trayectos eran logicos pues se tardaba mas o menos lo mismo en llegar a Tarragona, pero el primero pasaba por un puerto de montaña y varios pueblos, mientras que el segundo era todo autopista, libre para correr.

- Van en moto, puede que... - vacilo Carolina.
- Le gusta conducir no correr - Montse miro a la derecha, en direccion al puerto de Ordal - Me lo dijo.
-¿ Crees que...? - Carolina señalo en la misma direccion en que miraba ella.
- Sea como sea, ya no lo alcanzaremos...

Montse mostro por primera vez su abatimiento; se hundia en un pozo sin fondo.


- ¡Espera! - los ojos de Carolina se abrieron como platos - ¡Ven, deprisa!


La cogio de la mano y tiro de ella. Volvieron correr, como locas, ,pero en esta ocasion fue un corto trayecto de doscientos metros. Montse entendio a donde iban al ver cerca la casa de Carolina. No tuvo tiempo de hacer o decir nada, porque ahora la iniciativa la llevaba su amiga. Fue la primera en meterse dentro, tomando al asalto la sala de estar y dando un buen susto a su hermano mayor, Tomas, que veia un video en a tele aprovechando que era sabado.


- ¡Tomas, tienes que ayudarnos, te necesitamos! - grito Carolina.
- ¿Pero que...?- se alarmo el muchacho, porque encima estaba en calzoncillos.
- ¡Tienes que llevar a Montse a Vilafranca, Tomas! ¡Es cuestion de vida o muerte! ¡Vamos, vamos, muevete!

Lo empujo hacia su habitacion. Toma apenas si pudo articular palabra. Montse lo conocia bien. Era un buen tio, una excelente persona y, al contrario que muchos hermanos, que estan siempre como el perro y el gato, el adoraba a Carolina: habria hecho cualquier cosa que le pidiese.
Tomas salio de nuevo en menos de diez segundos.
Fue el tiempo que tardo su hermana en explicarle de que iva la cosa. Era como si la misma Carolina lo hubiese vestido.

- ¡Lo atraparas! - dijo ella mirando a Montse con pleno convencimiento - ¡Si no le gusta correr y con el trafico de coches que hay en sabado... lo atraparas! ¡Menudo es este cuando se pone a zumbar con su 500!- y le palmeo a Tomas la espalda, orgullosa, antes de volver a gritar - ¡Vamos! ¿a que estais esperando¿ ¡Cada segundo cuenta!"

Continuara....

martes, 13 de enero de 2009

Cuarto latido


VEINTISIETE


"Abrio los ojos y se quedo inmovil, en la cama, apenas cubierta por el revoltillo de la sabana. Miro al techo,pero no lo vio. El techo no existia. La realidadestaba mas alla de el, en forma de cielo azul.

Alzo una mano y fue como si pudiera tocarlo. Tocarlo y sentirlo. Llevarlo hasta dentro de si misma.

- ¡Dios! - suspiro.

Era cierto, no lo habia soñado. Ademas, sus sueños solian tener forma de pesadillas, no de besos o de felicidad agazapada a flor de piel.

Bajo la mano y se toco los labios con la yema de los dedos del dedo corazon. Lo hizo con suavidad, para no borrar la huella de aquel beso antes de salir disparada escaleras arriba. Habia sido suficiente para llenarla, hacerla sentir saciada, mas feliz de que no habia sido jamas. El resto de la noche no habia importado, aunque sus padres y sus hermanos tuvieron que preguntarle que le pasaba,porque no paraba de hablar, reir y gritar.

Le habria gustado decirselo, anunciarlo a los cuatro vientos, pero eso hubiera sido demasiado. Le pertenecia a ella y solo a ella. Bueno, a ella y a el.
- Sergio - musito.
Todo habia sido tan imprevisto, Todo, tan rapido. Todo, tan increible.
Tal vez si. Tal vez la vida estubiese en deuda con ella y empezara a pagarle.
Se habia enamorado.
Asi de facil, sin problemas. Lo unico que tenia que hacer era aceptarlo.
Creerlo.

- Sergio.

Se pellizco para estar segura. Le hizo daño y se alegro de ello. Despues continuo en la cama, arropada por el silencio, disfrutando de la paz del primer dia del resto de su vida. Cerraba los ojos y ahi estaba el. Los abria y lo mismo. Habia una justicia.
De los interrogantes de su agonia, de los "porque yo" a los "por fin yo", a la confirmacion de su felicidad.
La vida era una cosa muy rara.
- Sergio - suspiro por tercera vez con un murmullo."



VENTIOCHO


"Salio del baño metida en su albornoz solo por si se cruzaba con alguien de su familia, en el breve trecho de tres pasos que separaba la puerta del lavabo de la de su habitacion. No se tropezo con nadie y, al sentirse de nuevo a salvo, se lo quito y lo dejo caer directamente al suelo. Completamente desnuda se miro al espejo.
El amor hacia milagros.

Se encontro guapa, perfecta. Y no era una ilusion.

No perdio demasiado tiempo mirandose a si misma. Ya habia tomado la primera gran decision de su nueva vida. Primero se puso la ropa interior, despues escogio los pantalones cortos y raidos por el muslo. Finalmente cogio una de ls viejas blusas, apartadas y olvidadas, que dormia su retiro en el fondo de su armario. Una blusa que habia sido su favorita, con un escote que su momento habria alarmado a su padre y a su hermano mayor. Un escote en forma de pico.

Respiro con fuerza, llenando sus pulmones de aire, antes de volver a mirarse al espejo. La cicatriz asomaba por el vertice del pico y ascendia casi hasta su cuello. No parecia tan dramatica viendola en su totalidad, pero si anunciaba el camino de la realidad, era el testimonio de todo, un grito en silencio que no queria ocultar.

Y le pertenecia. Esa cicatriz le acompañaria el resto de su vida.
Su vida.
Sin ella habria muerto, asi que no era el recuerdo de un horror, sino la llave de la supervivencia.
Ya no se echo atras. Busco las zapatillas y se las calzo sin necesidad de agacharse, completando asi su atuendo estival. Salio de la habitacion y camino hasta la cocina para buscar algo que desayunar. Era sabado,asi que su padre estaba en casa, y tambien Julio. Les oyo hablar antes de entrar.

- ¡ Hola familia! - saludo con vitalidad.
- ¡ Vaya horas!- rezongo su hermano mayor.
-¿ No iras a desayunar ahora? - protesto su madre.
- Hola cariño - dijo su padre.

Fue el primero en verlo, el primero en darse cuenta. Montse se percato de ello, pero fingio ignorarlo. Lo mismo hizo con su hermano cuado el silencion de su padre le obligo a mirarla. Quedaba Maite, que aun parloteaba de espaldas a ella. Montse fue a la nevera y saco leche. Luego se dirigio a la estanteria, de donde cogio un paquete de cereales. Actuaba con normalidad y lo uno que pedia al cielo era que no lo hicieran preguntas. No habria sabido que decir.

Se sirvio los cereales y los baño en leche.
Su madre se giro con la cafetera en la mano.
Se encontro con las miradas de su marido y de su hijo.
Entonces vio la cicatriz, el escote.
Pero por encima del todo la vio sonreir y comer con buen apetito.
Todos, hasta Montse, se dieron cuenta de su espasmo y del subito enrojecimiento de sus ojos. Pero de nuevo nadie hablo hasta que lo hizo la mujer.

- Bueno, hoy pensaba preparar chuletas - dijo buscando un atisbo de consistencia en la voz- ¿Os apetecen?
- ¡Oh,si!
- ¡Bien!
- ¡Humm..!

Y todos se pusieron a hablar de chuletas, como si fuera el tema de mas candente actualidad del mundo"



VEINTINUEVE


" Carolina llego cuando Montse acababa de terminar su desayuno y se disponia a arreglar un poco su habitacion por propia iniciativa. Ni siquiera habia empezado, asi que salio dispuesta a dejarlo para mejor ocasion, porque ardia en deseos de contarselo todo a su amiga. No habia querida querido por llamarla por telefono. Habia cosas que debian decirse cara a cara. Con el rostro iluminado corrio hacia la puerta y ni siquiera la dejo entrar.

- ¡Ven, vamos a la piscina! - la empujo - ¡Cuando te lo cuente...!
- Espera ¡espera! - trato de deternerla recien llegada - Tengo algo para...
- No, primero yo. Nada es mas importante, te lo aseguro.
- Cuando sepas que es ya...

Fue inutil, Montse era un matojo de nervios a punto de estallar. La arrastraba, la dominaba, asique Carolina acabo cediendo. Llevaba un sobre en la mano, pero Montse no le dio ninguna relevancia al detalle.
Al llegar a la piscina, a escasos metros de la esquina izquierda de su casa. Montse empujo a su amiga sobre una de las tumbonas. Ni siquiera espero a que se acomodase.

-¿Dispuesta? - anuncio.

Carolina levanto la mano con la que sostenia el sobre, poniendo cara de pillina,

- Ya esta - dijo Montse pasando de ello - ¡Ya esta!

Logro captar su atencion. La mano, con el sobre, se quedo quieta.

- ¿Que es lo que ya esta? - pregunto
- ¡Anoche nos besamos! - salto Montse.
-¿Si?
-¡ Siiiiii! - grito alargando la i hasta el infinito.

Fue extraño. El rostro de Carolina no reflejo el entusiamo que se suponia debia reflejar. Mas bien se lleno de sombras y dudas, como si no entendiera algo concreto.
Miro el sobre que seguia sosteniendo en su mano.
Y le dijo.
- Acabo de verlo. Y me ha dado esto para ti.
Ahora fue Montse la que parecia no entender nada.

- ¿Que?
- Me ha dado esto - Carolina se lo tendio tras repetirlo - Y lo que menos parecia era... feliz. Incluso le he preguntado que le pasaba, pero no me ha dicho nada. No entiendo.

Montse cogio el sobre. Su ceño quedo fruncido, evidenciando que ella tampoco entendia muy bien lo que sucedia. Carolina reparo por primera vez en el escote de su amiga, que dejaba ver al cicatriz de su operacion. De todas formas ya ninguna de las dos hablo. Aquella cara centraba todo su interes.
Rasgo el sobre y extrajo de su interior una hoja de papel pulcramente escrita a mano. Tuvo que sentarse, junto a Carolina, porque las piernas, de pronto, era incapaces de sostenerla. Luego, sus palabras formaron un extraño rosario dificil de comprension, porque justo en el dia mas feliz de su nueva vida le abrian de nuevo la puerta del pasado, del dolor.

"Querida Montse: No se muy bien como empezar estas lineas, ni que decirte en ellas, sobre todo para no hacerte ningun daño. Anoche, cuando me oi a mi decirte lo que llevo dentro de mi corazon, me asuste mucho, tuve miedo. Todo desaparecio cuando nos besamos y entonces supe que hasta el mas extraordinario de los sueños es posible si me ama. Tus labios sellaron un monton de heridas y el tiempo dejo de contar para mi. Lo que buscaba, lo que necesitaba, estaba alli, en ese preciso momento. Y cuando te fuiste, me quede flotando en una hermosa nube de colores. Eso fue anoche.

Pero a lo largo de una noche sin dormir, como acabo de pasar, he comprendido que los sueños son traidores, porque a veces te anestesian y, al despertar de ellos, todo vuelve a ser como era antes. Hay muchas cosas que no cambian, aunque el amor, siempre el, las haga mas llevaderas. Te estaras pregunta a que viene esto, que pasa, pero por mucho que te escriba y escriba, no lo entenderas. Casi no lo entiendo ni yo.

Hay una verdad: te quiero. Me he enamorado de ti. No era mi itencion, pero ha sucedido. Verte fue sentirme atraido por ti, y conocerte, desear dartelo todo. Sin embargo, no es tan sencillo y no quiero hacerte daño. Ya te lo han hecho antes, asi que es mejor no seguir con esto, Tambien a mi me han hecho mucho daño y tengo heridas invisibles en el alma. Soy un cobarde, lo reconozco. Pero no puedo decirte mas. La culpa es mia y solo mia. Tenia que haberme ido antes, sin llegar a esto. Eres especial y mereces toda la felicidad que, estoy seguro, no tardaras en encontrar. Yo, probablemente, no conocere ya a nadie como tu. Supongo que lo tendre merecido, por jugar con el destino.

Gracias por darme una esperanza. Te quiero"

Y firmaba con un simple Sergio.

La carta temblo en sus manos cuando estas se dejaron caer sobre su regazo. A su lado,oyo la voz quebrada de Carolina musitando:

-¡ Anda la...!
- ¿Cuando te la ha dado? - pregunto de pronto Montse.
- Pues... ahora mismo, antes de llegar. No hace ni dos minutos.

Carolina se fijo en su amiga. No parecia estar destrozada, ni hecha polvo, ni a punto de llorar. Sus ojos miraban hacia un punto invisible situado en algun lugar, delante de ella.
Con fija determinacion.

- ¡Vamos! - dijo Montse levantandose de golpe."
Continuara....

domingo, 11 de enero de 2009

Buscando mi sitio

Siempre he tenido un sentimiento de equivocacion, equivocacion en mi vida, en cual es mi lugar... no lo se... aun no lo he encontrado... solo se que no es este...siento que todo lo que me rodea no forma parte de mi vida...no es real... y que pronto saldre de esa irrealidad y volvere a lo mio... a lo que de verdad es real... y....

Tal vez la culpa sea mía...por ser como soy... y por lo que me cuesta decir las cosas.... veo mas allá de las palabras... mas allá de los actos... mas allá de lo que se puede ver o escuchar...

Se me viene todo encima... todo...me pesa, me pesa,me pesa.. me ahoga... y todo se ha caído... y los escombros de mi vida me han dejado sepultada...

Busco un sitio, un lugar en el que no tenga que mirar por la ventana para no tener que escuchar conversaciones absurdas, un lugar en el que pueda reír mirando a la cara de alguien, alguien con el cual este a gusto sin tener que contestar cinco veces a la misma pregunta.

Un lugar en el que no me den miedo mis recuerdos, que me atormentan por momentos, un lugar en el que no me de miedo mi futuro, el que me da mas miedo que mi propio pasado...

Desde muy pequeña he sentido el sufrimiento, y a estas alturas creo que ya no se diferenciarlo de las buenas cosas... ¿o si?

Disculpad que haya interrumpido el libro... la verdad es que no se cuando voy a seguir con el... cada vez me cuesta mas escribirlo... se me pasan todo tipo de pensamientos por la mente mientras marco sus letras... ya todo es dificil...no os voy a privar de su final... seguire con el mientras sigo buscando mi sitio en mi vida... mientras veo mi vida pasar....

sábado, 10 de enero de 2009

Tercer latido.

VEINTICUATRO



"La tormenta de verano descargaba con fria furia sobre el pueblo. Todo se habia puesto repentinamente negro, en cuestion de minutos, y todo volveria a ser diáfanamente azul en cuestion de pocos minutos mas. Era lo tipico.
No le gustaban los dias de lluvia.

Eran dias tristes, melancolicos. Y aunque la lluvia fuese como aquella, subita y pasajera, a ella le poblaba el alma de vertigos funebres. La inundaba de sentimientos negativos.


Lo peor habia pasado ya. Hacia rato que ni siquiera tronaba y algunos rayos de sol atravesaban el cielo, pero aun llovia aunque con menor intensidad. Opto por descolgar el auricular del telefono tras asegurarse de que estaba sola y nadie la oia. Marco el numero de Carolina y espero.

Su amiga descolgo el telefono al otro lado antes de que pudiera morir el primer zumbido.

-¡Si! - grito.
- Soy yo.
- Ah, hola. ¿Has viso que porqueria de dia?
- Mejor que llueva y se mojen los bosques, y que no tengamos que ir a apagar incendios como cada año ¿no?
- Ya, me olvidaba de que eres "Doña Nohaymalqueporbiennovenga" y "Doña Postiva" en una sola pieza. ¿Que hay?
- Ha venido a verme.
-¡ Huy, que osado!
- Bueno, no ha entrado, estaba en la calle. Luego si, cuando llego mi madre.
- ¿Tu madre? Cuenta, cuenta.
- No es lo que crees. Estabamos hablando y, justo en lo mejor aparecio mi madre, cargada, y el la ha ayudado a meter las bolsas. Luego se ha ido. Hemos quedado.
- ¡Bien!
- Lo malo es que mi padre quiere ir esta noche a Barcelona.
- Bueno, que sufra un poco.
- Ha estado tan encantador, parecia...
- ¿Parecia que? ¡Vamos, sigue!
- Ha dicho que era un idiota por haber salido corriendo la otra noche; yo le dije que ningun idiota le dice a una chica que es preciosa de la manera que el lo hizo...
- ¡Muy bien, diez puntos!
- ... Y justo cuando me miraba con esos ojitos tan especiales... ha llegado mi madre.
- ¡Anda que tu socia!
- Inoportuna del todo, aunque no se que habria podido pasar.
- Tal y como lo pintas, ese se te declara a la primera.
- ¿Declararse?
- Si, si, declararse, a la antigua, "me gustas", "te querio" y cosas asi...
- No creo - vacilo Montse.
- ¿Que harias si lo hace?
- ¿Yo? Nada.
- Hazme caso, dale pie.
- Si, mujer, eso.
- ¡No lo pienses mas! ¿quieres? ¡Es perfecto!

Montse no respondio a los efusivos consejos de su amiga. Calló y el silencio llego al otro lado del hilo telefonico.

- Vale, perdona - dijo Carolina - pero es que...¡Jo, tia, que te lo mereces!
- Gracias.
- Si fuera yo..¡Huy, si fuera yo!
- Pero yo no soy tu.
- Yo me lo ligaba. Mira, tal y como tengo el cuerpo, que no se que me pasa, que unos dias tengo ganas de gritar y otros de llorar, porque es como si me faltara hasta el aire..
- A eso se le llama adolescencia - dijo Montse.
- Vale, abuelita, ponte una mecha y enciendete.
- No quiero problemas sentimentales - se justifico ella.
- ¡Tener un rollo de verano no es tener un problema sentimental, a no ser que te lo tomes ta en serio como te lo estas tomando! ¡Pasate un buen verano,sin preguntarte nada, sin plantearte nada, dejandote llevar!

Cada vez acababan hablando de lo mismo y Carolina le decia tambien lo mismo. Montse no lograba hacerle ver su punto de vista y, aunque lo hiciera, su amiga no le escuchaba. Era tozuda hasta...
- Deberia decirle lo que me paso ¿verdad?
- Si, del todo. Ya te lo dije.
- Lo hare.
- Se legal, es lo mejor.
- Vale,vale. Espera - miro hacia la puerta de la sala la oir el timbre exterior - Han llamado y no se si hay alguien para abrir.

Escucho a su madre haciendolo. Luego, una voz, y de nuevo los pasos de su madre, ahora acercandose a la sala.

- Te llamare despues - se despidio Montse.
- ¿Es el?
- ¡Y yo que se, adios!

Colgo exactamente en el momento en que su madre asomaba la cabeza por la puerta.

- Monste - anuncio Maite con infinita prevencion y tacto - Esta aqui Arturo."



VEINTICINCO




"Estaba alucinada, pero disimulo para que no se le notara, y menos su madre. Primero miro por la ventana. La lluvia habia perdido su fuerza, pero se resistia a abandonarlos y caia de manera persistente. No podian salir fuera, ni verse alli, en la sala, donde su madre podia oirla. Para hablar en privado solo se le ocurria su propia habitacion. Algo que le molestaba profundamente.

Arturo no tenia porque entrar alli.

Salio de la sala y se encontro con el. Su madre se alejaba hacia la cocina. La primera mirada fue de ira, pero la de su visitante era de suplica. No cambio la suya, ni dijo nada. Le basto con hacer un movimiento de cabeza para que Arturo la siguiera. Montse entro en su habitacion, espero que el hiciera lo mismo y cerro la puerta. Solo entonces se cruzo de brazos, se volvio hacia el y se le enfrento, decidida.

- ¿Que quieres?

Arturo no la miraba a los ojos, sino que recorria con la vista su entorno. Parecia buscar cambios, recuerdos. Montse volvio a sentirse llena de ira, como si estuviese robandole su intimidad.

- ¡Eh! - llamo su antencion - Te he hecho una pregunta. Contestala y vete.
- Quiero que me perdones.
- ¿Asi de facil?
- Si.
- ¿Y por que habria de perdonarte?
- Porque te echo de menos.
- Oh,vaya. Tu a mi, claro.
- Te quiero.
Le golpeo de lleno, en mitad de la conciencia. Hacia un minuto Carolina y ella estaban hablando de Sergio, y el que se declaraba era Arturo. Penso que la vida estaba llena de curiosos contrasentidos.

¿Notaria el que se habia puesto roja? No habia mucha luz en la habitacion, solo la claridad difusa que entraba a traves de la ventana.
Ahora si que la miraba a ella.

Un par de semenas antes, la peticion de Arturo tal vez hubiera tenido otro sentido.

Ahora...

- Arturo, por favor - suspiro cansada.
- ¡Entiendelo - casi grito el - Ya te lo dije: crei que ibas a morir, todo el mundo lo decia, y fui cobarde, pero solo porque no queria verte morir.
- ¡No es una justificacion! - le espeto Montse - ¡Era cuando mas te necesitaba!
- ¡Lo se! ¿Crees que no lo se? Me volvi loco...
- ¿Con Mercedes? ¿O ella es tu aspirina? - apreto las mandibulas con determinacion - Yo si me volvi loca. No sabes lo que es estar alli esperando cada minuto, mientras todo se desvanece a tu alrededor. No lo sabes, Arturo. Por eso ya no soy la misma.
- Si lo eres. Los sentimientos no cambian.

Dio un paso en su direccion, trantando de cogerla, pero Montse lo aparto con algo mas que genio. Con autentica fiereza.
- Se acabo - le dijo tajantemente - En mi vida ha habido un vertice, un antes y un despues. Tu perteneces al de antes. Olvidame.
- Te estas vengando.
- ¿Si? ¿Tu crees que es una venganza? ¿Tan inmadura crees que son? Te dire algo: estoy bien, muy bien, pero... ¿y si pasa algo?
- ¿Algo?
- Si, algo, un rechazo retardado o una recaida o... que se yo, algo, ya me entiendes. ¿Que haras?
- Esta vez no te fallare.

Monste no se lo penso dos veces, se quito la camiseta, con un gesto de absoluta determinacion, y se quedo ante el solo con el sujetador. La cicatriz, de arriba abajo, aparecio con toda su crueldad.

-¿Y esto Arturo? - se la toco con la mano - ¿Podras soportar esto?

El muchacho estaba boquiabierto. No espantado, ni con expresion de asco, ni siquiera de dolor, solo sorpredido.

- Montse...- trato de decir algo.
- Vete, por favor - le repitio ella.
- Dejame...
- Vete,¿vale? Ya sabes el camino.

No se puso la camiseta. Lo empujo hacia a puerta. Fue el unico contacto. Pero esta vez, el no se atrevio a tocarla ni a tratar de retenerla. Le basto con mirarla a los ojos. Se encontro tras la puerta, en el pasillo, al otro lado. Montse la cerro de golpe.

Y se quedo sola, en su habitacion.
Acompañada por su imagen en el espejo.
No estaba llorando; al contrario, se sentia fuerte, libre.
Sobre todo, libre.

Por eso, al pensar en Sergio, de pronto, y sin sentir que se le diparaba el corazon, supo finalmente lo que tenia que hacer."




VEINTISEIS



"El cielo volvia a esta despejado, sin nubes. la tormenta de verano habia cesado hacia rato, pero ella seguia mirando arriba, como si esperase algo, mientras moria el dia y el anochecer asomaba por la esquina del tiempo.

Ya estaba vestida y arreglada. Se irian al Maremagnum en cinco o diez minutos.
Todos. La familia feliz.
Comprobo la hora y se mordio el labio inferior. Las dudas le hacian debatirse entre llamar a Carolina para que fuese ella a decirle a Sergio que no podrian verse o...
¿Por que no
La visita de Arturo le habia despejado la ultima clave.
Ahora lo tenia claro y no le importaba nada mas. La vida era riesgo, y acertar o equivocarse era parte de ese riesgo. Cada dia tenia su propio valor. Cada minuto contaba. La felicidad de hoy no se recupera mañana, porque mañana es otro dia.

Hoy, hoy,hoy.
Ahora.
Tomo la decision cuando sus reflejos ya la habian tomado por ella; se habia puesto en pie adelantandose a la orden de su mente. Salio de la habitacion y busco a sus padres. Lon encontro en el baño: el afeitandose de nuevo y ella, acabando de peinarse.

- Salgo un momento - les dijo- Me recogeis en la piscina ¿vale?
- ¿Como que...? - salto el hombre.
- ¿Donde vas? - inquirio la mujer.
- He de ver a alguien. Habia quedado y no me he acordado de llamar.
- Bueno, vamos todos, bajas y te esperamos - propuso su padre.
- Yo ya estoym y vosotros aun tardareis diez minutos. Me adelanto y listo.
- ¿Y vas a ir corriendo hasta la piscina?

Esa era la preocupacion, y su madre se traiciono al decirlo. Lo que no querian era que corriera y se cansara, que acelerara los latidos de su corazon. Por eso casi se echo a reir. Si ellos supieron lo acelerados que sonaban en ese momento.
- Tranquila, que voy caminando - le dijo sin enfadarse - Y tu no te preocupes papa. Estare lista. Tocas el claxon y subo.

Los dejo con su ultima protesta en los labios y camino en direccion a la puerta. No echo a correr hasta que no hubo cierta distancia entre ella y su casa, y era verdaderamente la primera vez que lo hacia. Luego si, bajo las calles de la urbanizacion hasta el pueblo y, una vez en el,continuo corriendo, jadeando, pero sintiendose fuerte, como no se habia sentido en las pasadas semanas.
Ya no iba a pasarle nada.
Era demasiado feliz.

Miro de nuevo la hora. Habian pasado diez minutos desde que salio de casa. Sus padres no tardarian demasiado. Tenia que encontrarlo antes de que ellos hicieran sonar el claxon reclamandola o su madre asomara desde la carretera, mirar hacia abajo y pudiera verlos. Por eso no habia querido que la acompañaran.

Llego a las escalinatas de la piscina y se asomo al muro. No lo vio, pero las bajo igualmente, porque el espacio era lo bastante grande como para que pudiera estar en cualquier parte. Una vez abajo, primero fue hacia el bar, pasando entre las mesas abarrotadas de gente que tomaban algo o cenaban temprano. Sergio no se encontraba alli. Fue hacia las pistas; luego hacia el recinto de la piscina. Nada. Empezo a creer que el ya se habia ido al ver que no aparecia, o que aun no habia llegado por alguna razon. Iba a regresar arriba, abatida, cuando lo vio bajar las escaleras.

Echo a correr hacia el.
- ¡Sergio!

El muchacho se detuvo en el ultimo peldaño. Miro en su direccion. Sonrio al verla correr y bajo a su encuentro. Montse no se detuvo hasta casi saltarle encima. Sus ojos brillaban.

- Escucha - le dijo jadeando - no puedo quedarme, he de ir con mis padres a cenar a Barcelona, pero no queria irme sin decirtelo.
- Ah - mostro su desilusion el antes de fruncir el ceño ante la sonrisa de Montse - ¿Que te pasa?
-¿Tu que crees?
- No se, pero pareces otra.
- Soy feliz.

Y lo abrazo.
Un, dos, tres largos segundos. Una corta pero intensa eternidad.

En ese momento se escucho un claxon.

Montse se aparto de el. Le basto con verle la cara para saber que lo habia entendido, a pesar de su perplejidad.

- He de irme, ¡adios!
- ¡Montse! - la retuvo con su voz.
Ella se quedo quieta en el prime peldaño de la escalera.
-¿Que?

Sergio vacilo.
- Nada - dijo con incierta vaguedad.
Monste volvio a bajar el escalon. Cubrio los tres pasos que la separaban de su contacto y se detubo muy cerca de el. El claxon sono por segunda vez.

- Dilo - le pidio.
Lo hizo.
Aunque sus ojos hablaron antes que su voz.

- Te quiero - dijo Sergio.
- Ya lo se - sonrio ella- pero queria oirtelo decir.

Su sonrisa lo atrapo, le hizo perder el temor final, lo obligo tambien a sonreir, despacio, al comprender que era verdad, que no se trataba de un sueño.


Todo estaba alli, en sus ojos, en esas sonrisas. Despues, se miraron a los labios, mutuamente, y tras, una complice aceptacion se acercaron, todavia sin tocarse.

No llegaron a hacerlo.
Solo sus labios.
Pero fue como si uno y otra se fundieran en un solo ser.

El claxon sono por tercera vez, solo que ahora Montse fue incapaz de oirlo."




Continuara...

jueves, 8 de enero de 2009

Tercer latido

VEINTITRES


"Espero justo lo prudencial y, al ver que su hija no abria la boca, entro en el tema directamente.
- ¿Quien era?
Montse ya se lo esperaba.
- Un amigo, mama.
- No lo tengo visto.
- Porque es nuevo. Esta buscando trabajo.
-¿Aqui?
- Si.
-¿ Y como lo has conocido?
- Mama, que pregunta, pues por ahi, en la piscina.
- Parece buen chico.
- Lo es - aseguro Montse asintiendo con la cabeza.
- ¿Y Arturo?
Esa es la clase de indiscrecion que no esperaba ni comprendia.
Se sintio irritada una vez mas por el poco tacto de su madre.

- Arturo nada,mama. ¿Por que?
- Bueno, antes...
- Tu lo has dicho: antes.
-¿Os habeis enfadado? Ya decia yo que durante estos meses... Bueno, no te preocupes,a tu edad os enfadais y desenfadais como si nada.

Montse la miro con horror. ¿A su edad? Pero ¿de que me estas hablando? A veces tenia la sensacion de que seguia tratandola como a una niña, y ma despues de su enfermedad. Tuvo que contar hasta tres para calmarse.

- Dejalo, mama, ¿quieres?
- ¿Por que? A mi m parece que eso de que el hio de los Gaspar se interese por ti es...
- ¿Asi que es eso? Porque es el hijo de los Gaspar, ¡hala, a abrirse de piernas
- ¡Montse! - se escandalizo su madre.
- Si es que dices cada cosa, mama. ¿A mi que me importa de quien sea hijo Arturo,Sergio o quien sea? ¿De que vas?
- Yo, de nada, pero su madre me comentaba el otro dia lo bien que le caias, y recordaba que el verano pasado ibais juntos y haciais una pareja estupenda.
- Genial - suspiro Montse disponiendose a salir de la cocina.
- Montse - la detuvo su madre - ¿que te pasa?
-¿A mi? ¡Nada!
- Has cambiado,hija. Estas... irritable. Y no lo digo por lo de ayer con los señores de la tele, que ya lo hablamos y lo entiendo, aunque no lo comparta. Lo digo porque...¡Ay, mira, no se!
- Mama, hemos cambiado todos - le dijo seriamente - Tu estas como un flan y todo el dia encima de mi. Pero yo me siento de fabula, puedes creerme, y estare mejor cuando todo el mundo deje de recordarme lo que me paso. Y si a pesar de todo he cambiado, para bien o para mal, es porque me vi muerta, y eso da que pensar ¿entiendes? Ahora las cosas mas sencillas me parecen las mas importantes y viceversa,, porque las importantes se me antojan idiotas. Aquellos dias, cuando crei que me iva de este mundo, me decia a mi misma que era injusto, ¿Por que yo? Ahora estoy viva y.. aun me hago esa pregunta. Pienso en esa otra persona para que yo...

- Calla, por favor - se estremecio su madre.

Se callo, pero no porque se lo acabara de pedir temblando su madre, sin porque su padre aparecio en la cocina recien llegado a casa de su trabajo, aunque ninguna de las dos lo habia oido entrar por la puerta.

- ¡Hola, familia! - saludo el hombre.
Le dio un beso a Montse. Luego le paso un brazo por los hombros.
- ¿Que hora es? - se extraño Maite.
- Hoy he salido antes - anuncio su marido - Y esta noche nos vamos a cenar al Maremagnum, todos.
Montse lo miro horrorizada.
- ¿Esta noche?
- Si, ¿por que?

Su padre salia poco. No podia decirle que habia quedado. Habia muchas noches. El verano estaba lleno de ellas, aunque cada una fuese especial, diferente, sobre todo cuando habia alguien esperandote.
Habia quedado con Sergio rapida y fugazmente al irse.
- No, no, por nada, papa. Me parece bien - dijo dandole un beso en la mejilla y abrazandole con cariño."
Continuara....

lunes, 5 de enero de 2009

Tercer latido

VEINTE


"Eran dos, un hombre y una mujer. En el coche, antes de entrar, habia visto camaras, focos y otros aparatotos, pero ellos no tenian nada en las manos. Estaban sentados en la salita, en el sofa, acompañados de casi toda la familia : su padre, su madre y Dani. Solo faltaba Julio. Ella bebia Coca-Cola y el, una cerveza. Al verlas entrar, se pusieron en pie.

- Monste, hija - sonrio su madre- estos señores han venido...
- ¿Que quieren? - quiso saber ella sin perder ni un segundo, comprendiendo de todas formas que era una pregunta estupida.

La brusquedad de su hija hizo que Maite se quedara cortada.

- ¿Montserrat? - la mujer tendio una mano que ella fingio no ver.
- Montse - trato de decir algo su padre.
- ¡Vas a salir en la tele! - grito Dani.
Carolina llego junto a ella y le cogio una mano. Fue una presion muy fuerte y directa, hermosa. Montse no se sintio sola. Su valor se vio reforzado.
- Escuchen... - empezo a decir.


Lo hizo demasiado debilmente. Los grito de Dani dando saltos y repitiendo que iba a salir en la tele, ahora ganaron sus palabras. El hombre fue el que tomo la iniciativa, probablemente viendo el desconcierto familiar y la sensacion de desamparo des su colega al quedarse co la mano extendida si que Montse se la estrechara.

- Somos del program Un tema a debate - la informo - Ella es Judit Comas y yo soy Jaime Salanova, y nos encargamos de la produccion y otros aspectos, porque en verano...
- Lo siento, pero yo no voy a ir - dijo Montse.
- No entiendo - vacilo la mujer - Es un programa de gran audiencia, el numero uno de los viernes y...
- Por favor - pidio Montse.

Los visitantes miraron a los cabezas de familia, tal vez en busca de ayuda, tal vez, porque no entendian la situacion.
- Nena, yo creo que deberias ir - dijo su madre.
- ¿Por que?
- Por que es bueno hablar de ello.
- ¿Para quien? - pregunto Montse - Yo quiero olvidar y nadie me deja, y encima quieres que me exhiba como un bicho raro para que me vea todo el mundo y para que sigan mirandome como a una especie de monstruo.
- No eres un monstruo - manifesto su padre.
- ¿No? Entonces,¿ a que viene tanto interes por mi? ¿Por que quieren entrevistarme?
- No estas sola - dijo la mujer de la tele - Habra otras dos chicas en tus condiciones, y un chico con un riñon...
- Y los padres del chico que murio y gracias a el salvaron...

Los detuvo a ambos. Recordo instintivamente la humedad de los ojos de Sergio la noche pasada, porque a ella se le llenaron de golpe de lagrimas y apenas pudo contenerse.

- Por favor, ¿quieren dejarme en paz?

Hubo un silencio muy tenso, tanto que hasta Dani se callo y los miro a todos desconcertados. La presion de la mano de Carolina aumento. Era comos si a traves de ella le gritara "asi, dales duro, bien"

- Podriamos hacerte una entrevista aqui mismo - insistio todavia, en un intento desesperdo, el hombre.
- ¿No lo entiende? - casi grito Montse - Quiero que se olviden de mi. Quiero ser una persona normal y corriente, no un fenomeno, ni... No soy la unica, ¿vale? Aunque mi caso diera que hablar no soy la unica. Ustedes montaron la publicidad, pero ahora ya basta, por favor, ya basta.

Llego al limite y, antesde estallar y dejarse llevar por las lagrimas, dio media vuelta y salio por corriendo por la puerta, sin dejar la proteccion de la mano de Carolina, de que tiro para que la siguiera. Todavia antes de meterse en su habitacion y cerrar la puerta, pudo escuchar a sus padres iniciando las primeras excusas por su insolito comportamiento.

- ¡Que verguenza por Dios! ¡Perdonen! Es que todavia.. - se avergonzaba su madre.
- Lo paso muy mal, ¿entienden? Justo ahora, esta volviendo a la normalidad y...- se justifico su padre.
- ¿No saldremos en la tele? - gritaba Dani, enfadado."




VEINTIUNO


"Sabia que era un sueño.
Y a pesar de ello, tenia miedo, un miedo que la paralizaba en la realidad, mientras que en el sueño era capaza de moverse.


Caminaba por un lugar muy oscuro, muy denso. Era como si estubiese inmersa en un espacio en el que el aire fuera solido, como una nube de algodon, ya que podia verlo y tocarlo, asi que susu movimientos era lentos y premiosos. Le costaba avanzar, le costaba respirar. Y sobre todo le costaba despertar, a pesar de que desde el sueño ella se lo gritaba a si misma.

- ¡Vamos,despierta! ¡Hazlo ya! ¡No es mas que un sueño! ¡Ya no estas aqui, no es mas que una ilusion!

Entonces percibio el tam-tam. Un batir de tambores lejano, pero fuerte, que iba alejandos muy despacio de ella.

No veia nada.
Tan solo sabia que, cuando escuchara el ultimo golpe, todo habria acabado, ,porque el tam- tam provenia de si misma, de su corazon.
El tam- tam eran los latidos de su corazon.
La oscuridad se hizo mas profunda, y con ella crecio la angustia. Extendio una mano, buscando algo a lo que agarrase, y de pronto lo encontro:otra mano. Se sintio a salvo, pero solo fue ua breve sensacion. La otra mano la sujeto con firmeza y tiro de ella para alejarla aun mas de los latidos.

Se resistio,lucho.
Pero la mano era implacable, y en la oscuridad, cada vez mayor, mas asfixiante. Amenazaba con cerrarse del todo y aprisionarla para siempre, por toda la eternidad,
Entonces se rindio, comprendio que ya no podia mas.

Se rindio y, justo en este momento, de alguna parte, le llego una voz.

- ¡Hay uno, hay uno!

La esperanza.
Todo cambio en un segundo. La mano la solto, la oscuridad se rompio con una tenue claridad y el sonido del tam-tam retumbo en sus oidos.

Se desperto.
Y suave, muy suavemente, abrio los ojos.
Estaba en su cama, en su habitacion, en el mundo real.
Recordo otra cama, otra habitacion, otro mundo, el del hospital,la mañana que habrio los ojos y le dijeron que estaba viva.
Viva."





VEINTIDOS




" Habia creido verlo un par de veces, pero no estaba segura de ello. Ahora si, su imagen se le hizo clara durante un pequeño instante, entre las plantas del otro lado del muro. Fue a su habitacion, se puso una camiseta por encima del bañador y unos vaqueros. Luego salio a la calle. Le dio la impresion de que el se iba a marcharse.

- ¡Sergio!
El chico se detuvo y giro la cabeza. Le cambio a cara. Dibujo en ella una sonrisa luminosa, como el dia, y regreso.
- Hola.
- ¿Que tal? - le pregunto Montse.
- Bien - se limito a decir el.
- ¿Donde estubieste ayer? No se te vio el pelo.
- Tuve un trabajo.
- ¿Ah si?

- Nada importante - evadio los detalles.
- Carolina y yo fuimos a buscarte.
Se azoró, pudo notarlo, aunque no se imagino por que, ni le dio importancia alguna.
- ¿A la pension?
- Claro.
- No me dijeron nada.
- Bueno tampoco dejamos recado. Si hubieramos podido subir, si,te habriamos preparado alguna sorpresa en la habitacion, pero a dueña no parecia muy dispuesta.
- No quiere a nadie extraño en las habitaciones.
- Ya- paso del tema Montse - ¿Que haces?
- Te estaba esperando.
- ¿Por que no llamabas? - se extraño ella.
- No me atrevia.
- ¡No seas tonto! Si hubiera sabido que estabas aqui...
- Tambien me dio corte la otra noche - reconocio Sergio.

Monste se puso ligeramente colorada,pero lo domino. Queria oir lo que tuviera que decirle. Al ver que el no seguia, lo intento por su parte.

- Si, me di cuenta - manifesto - Casi echaste a correr.
- Soy un idiota, lo siento.
- No eres un idiota. Ningun idiota le dice a una chica que es preciosa e la forma que tu me lo has dijiste. Y hay momentos en que a una le hace falta que le digan cosas asi, ¿sabes?

Se miraron fijamente, bañados por el sol de julio que caia a plomo pese a la presencia de numerosas nubes negras que ellos ni notaban.

En ese momento Montse se rindio.
Y deseo que el la tocara, aunque solo fuera un roce.
- Montse, yo... - comenzo a decir.

Tal vez necesitaba de la noche y del silencio para expresarse, porque lo cierto es que ahi acabo todo. Los dos fueron despertados por su abstraccion por el ruido de un coche doblando la esquina. Miraron hacia el y Montse reconocio el viejo cacharro de su madre, que solo usaba para hacer recados en el pueblo o para no volver demasiado cargada de la compra.
Odio la interrupcion y su mala suerte.

- Es mi madre - suspiro.

Sergio dio un paso atras. El coche no aparco delante de casa, sino que dio un giro y se quedo ya de cara a la puerta del garaje. Maite bajo de el sudorosa y congestionada.

- ¡Ay, hija, que bien! - fue su primer saludo - Ayudame con esto ¿quieres?-miro a su acompañante y, sin cortarse, pregunto - ¿Quien es tu amigo? ¿No me presentas?

Monste quiso que se la tragara la tierra.

- Mama, Sergio. Sergio, mi madre.

Ya no habia magia. Era un chico y una chica, en verano, con una señora madre en medio.

- ¿Que tal, señora? Encantado.
- Bien, hijo. ¿Nos echas una mano? Entre los tres...

Sergio lo hubiera echo igualmente, porque ya se movia en direccion despues de darle la mano. Fue a la parte de atras del coche y cogio la mayoria de las bolsas el solo.

- ¿Que haces? ¡Dejanos alguna! -protesto con simpleza la mujer - ¡Oh, que fuerte! Bueno, vale, como quieras.

Entraron los tres, aunque Montse sabia que Sergio tardaria menos de un minuto en irse."


Continuara....

sábado, 3 de enero de 2009

Tercer latido


DIECISEIS

"Nada mas salir de su casa y cerrar la puerta, escucho los latidos de su corazon, y supo que si, que Carolina tenia razon. Aquello era una cita.
Su primera cita de verdad desde...
¿ Por que, si no, se habia arreglado tanto? Habia buscado la ropa mas adecuada para parecer informal pero al mismo tiempo estar bien y sentirse guapa o paracerse a el. ¿Por que se sentia feliz? ¿Por que reia?


Tal vez fuese una locura, pero desde su operacion, todo lo era. A veces se decia que vivia un tiempo prestado, que en otras circunstancias ya estaria muerta. Asi que todo lo que hiciera desd entonces era un regalo, aunque viviera cien años. Un regalo muy hermoso que debia aprovechar.
Si, le gustaba Sergio.
Era... diferente.

Habia en el algo intangible, extraño, algo que no alcanzaba a comprender. Y esa magia era lo que mas la desconcertaba. Cada vez que recordaba su cara, el brillo de sus ojos, su timidez, y su miedo, y su inseguridad, lo veia lleno de una sensibilidad desconocida. A su lado, y solo habia pasado junto a el unas pocas horas, se sentia a gusto, en paz. Todo cambiaba.
Como si Sergio fuese el futuro.

¿ Absurdo? Tal vez ¿ Prematuro? Posiblemente. Y mas desoues del encuentro con Arturo, que le habia abierto todas las heridas, especialmente la de la frustacion. ¿ Que habia en Sergio? Nada. No era mas que un misterio.
Un misterio.

Recordo la celebre frase que su profesor de Literatura repetia constantemente "La vida es un misterio por descubrir, no un problema por resolver"
Bienvenida al misterio.

Ni siquiera se dio cuenta de que habia llegado al pueblo. Sus pensamientos la habian acompañado todo el camino. Trataba de amargarse el momento diciendo que el era ave de paso, y al segundo se decia que no, que tal vez se quedase como habia sugerido. Trataba de inculcarse un poco de dureza y calma, y al segundo pensaba en Carolina y en su estimulo. Trataba de convercerse a si misma de que ya lo habia pasado bastante mal con Arturo como repetir la experiencia tan rapido,y al segundo comprendia que necesitaba lo mismo que todo el mundo, lo que buscaba sin descanso y a veces por instinto, sin darse cuenta : amor.
Asi que decidio dejarse llevar. Necesitaba tiempo.
Y esperar.

Sergio estaba en la puerta de la piscina, sentado sobre una hermosa moto de buena cilindrada que era la admiracion de los crios y menos crios que observaban."



DIECISIETE



" La musica sobrevolaba por encima de sus cabezas llenando el recinto con su fuerza penetraba en ellos por cada uno de sus poros, impregnandose, saturandolos. El sudor emergia de dentro a fuera y la musica fluia en sentido inverso, consiguiendo la catarsis perfecta. Y en medio de la pista, rodeados por otra decena de acólitos, su libertad cobraba forma, estallaba con el extasis de sus sentidos saturados.

Montse abrio los ojos por un momento. Le gustaba bailar con los ojos cerrados, dejandose llevar. Y hacia mucho que no bailaba, una eternidad. Tanto que casi ni recordaba cuando habia sido la ultima vez, ni que cancion era su favorita entonces. Tambien aquello formaba parte de un pasado que se le antojaba lejano. Se dio cuenta de que Sergio estaba mirandola y volvio a cerrarlos. Su mirada la acompaño. Era igual que una caricia. No se sentia desnuda ante ella, sino protegida y a salvo.

Lo habia pillado mirandola casi una hora antes. Y ahora ella deseaba hacer lo mismo, mirarle a el, bailando, moviendose con buen ritmo. Una vez, para saber y compreder que era real, no un sueño.
Volvia a ser una chica normal.
Una chica normal saliendo con un chico... ¿normal?

Vestia bien, con clase, y sus modales no eran vulgares, ya lo habia comentado Carolina. Ahora, ademas, estaba la moto. No entendia mucho de maquinas como esa, pero aunque el le dijo que no era mas que un 125, lo cierto es que parecia buena, y estaba cuidada, reluciente.
¿ Como podia estar buscando trabajo en Villarana y tener una moto asi?
La musica cambio de golpe, se hizo mas estridente, mas hipnotica. Casi al unisono los dos dejaron de bailar, aunque fue Montse la que puso cara de asco. Sergio sonrio y le abrio el camino para salir de la pista ahora con el personal bailando con mayor fiereza. Tardaron un poco en llegar a la barra del local porque ivan contracorriente, pero cuando lo hicieron, se sintieron a salvo del caos que dejaban a sus espaldas. Sergio le acerco los labios al oido para acerse entender mejor.
- ¿Que quieres tomar?
- Limonada.
- Vale, espera.
Se aparto de su lado y se incrusto en la barra, entre una rubia muy neumatica y una morena sugerente, que al instante le dieron un soberano repaso visual, de arriba abajo. A Montse incluso le parecio que la morena le decia algo, aunque no estaba segura. La rubia fumaba con descaro. Chicas de bandera. Dos buenas piezas.

Y de alguna forma supo que el muy bien podia estar con ellas, por muchas cosas, desde su atractivo hasta la clase que destilaba.
Pero no estaba con ellas, sino acompañandola.

Sergio paso dos refrescos de limon y regreso a su lado. Montse vio como la morena daba el ultimo repaso visual. La rubia ya habia desistido. Le tendio uno de los vasos y, de comun acuerdo, se apartaron un poco mas, hasta situarse en un rincon desde el cual la musica no les alcanzaba de lleno ni les impidia hablar, aunque de todas formas no podian hacerlo en voz baja, ni siquiera en un tono normal.

- Bueno, pues no esta mal esto - dijo el, señalando la discoteca.
- Es lo unico que hay - manifesto ella -Todo el mundo viene a Molins.
- Desde luego, en Villarana no hay muchas oportunidades.
- ¿Y en Tarragona?
Sergio la miro extrañado, sin comprender.
- ¿Que solias hacer en Tarragona? - dijo Montse.
- No demasiado, estudiar y todo eso - divago el - No soy muy asiduo a las discotecas.
- Vaya, lo siento.
- No, si me encanta estar aqui. No soy muy asiduo porque a estos sitios o vienes acompañado o es un palo. Y puesto que estamos juntos...
- ¿Por que no has siguido estudiando?
- Pienso hacerlo, pero no de momento... - aparto su miradade ella, y Montse pudo acercarse a un oceano de inseguridades - creo que necesito otras cosas, encontrarme a mi mismo, ¿no se dice asi?
- Y si estudias ¿que haras?
- Iba a empezar arquitectura.
- ¿Arquitectura? - se asombro Montse - Sopla. Desde luego lo tuyo...
- ¿Tan raro es que quiera tomarme las cosas con calma?
- No, pero... reconoce que es desconcertante.
- Si, supongo que si.
- Lo que no entiendo.... - comenzo a decir ella.
Sergio no le dejo continuar.
- Hace calor aqui - dijo interrumpiendola deliberadamente - ¿Salimos fuera un rato?

Montse lo observo. Mas que una propuesta era una decision, porque ya se movia buscando la salida, empujandola suavemente. Y se dio cuenta de que, por alguna razon, de la misma forma que ella no queria hablar de su operacion, Sergio no queria hacerlo de su pasado, ni de su presente.

Estaban empatados.

Alguien paso cerca de ellos corriendo y los empujo sin ninguna consideracion. Parte del liquido del vaso que sostenia su compañero se derramo y le salpico un poco.

- ¡Eh! - grito de pronto el - ¿Estas ciego o que?
El chico que lo habia golpeado se detuvo en seco. Era tan alto como Sergio y parecia algo bebido.
- ¿Pasa, tio? - le dijo en tono fanfarron - Lo siento, ¿vale?
- No estas solo - volvio a gritar Sergio.
- Ya, por eso vengo aqui. Si no, me quedaria en casa - le planto cara el otro.
- Sergio, vamos - le pidio Montse.

De pronto no lo conocia. Se habia puesto furioso, con los nervios a flor de piel. ¿O era por culpa de su pregunta y esa era la forma de querer escapar de ella?
Tuvo que presionarle el brazon con fuerza.
Su compañero vacilo un segundo.
Luego la miro.
Y mientras la paz irrumpia de nuevo en su animo, se relajo y dijo, revestido de un cierto cansancio:
- Si, vamos.
Pasaron juntos al quedon y salieron fuera."




DIECIOCHO


"La moto enfilo la suave pendiente de la calle a velocidad minima, pero no llego a detenerse delante de la casa de Montse. Lo hizo a unos diez metros, por la parte de arriba. En el mismo momento de frenar, Sergio paro el motor. El silencio recupero su dominio sobre aquel espacio lleno de quietud bajo el tochanado de estrellas que cubria el cielo. Las escasas luces que se veian, mortecinas y amarillentas, quedaban ocultas tras los muros, los arboles, las exhuberancia de las plantas y las cortinas que cubrian los cristales de las casas.
No estaban solos, pero se sentian solos.

Montse bajo de la moto y se quito el casco. Agito la cabeza y se paso la mano por el cabello, todavia muy corto. En el hospital habian insistido en ello, pese a sus protestas iniciales, y al final ya no le habia importado. Sergio tambien se quito el casco, pero no hizo ademan de apartarse del vehiculo,asi que se quedo encima, con las dos piernas apoyadas en el suelo, una a cada lado. Mientras ella seguia agitando la cabeza, el volvio a mirarla con palpable intensidad.
Ya no ocultaba sus sentimientos detras del miedo o los nervios.
Cuando Montse se que quedo quieta volvio a enfrentarse a sus ojos.
Y al silencio.
- ¿Que pasa? -lo rompio ella.

Hubiera esperado cualquier otra cosa menos aquello.
- Eres preciosa. - dijo el.

Se le disparo el corazon y estaba segura de que el color habia huido una vez mas de sus mejillas. No dijo lo que dijo por coqueteria, si no bajo el influjo de la conviccion.

- No, no lo soy.
- Lo eres, no seas tonta.
- Entonces gracias.
- Es curioso - menciono Sergio -, la primera vez que te vi...

Se quedo cortado, y en ese momento Montse hubiera deseado que no lo hiciera, mas aun, que estallara y se lo dijera todo. Necesitaba oirlo. Habia tomado muchas medicinas para el cuerpo, pero ninguna para el alma.

- Sigue - le invito.
- No me hagas caso - bajo la cabeza el, haciendo uno de sus gestos caracteristicos - Me siento ridiculo.
- ¿Por que?
- ¿Cuantas veces te han dicho lo mismo?
- Ninguna, es la primera - le dijo de verdad.

Espera otra frase, un ritual tipo "estan todos ciegos" o "me alegro de haber sido el yo primero" o... Pero Sergio continuo con la cabeza baja. Montse no supo que hacer , y mas cuando el la miro de nuevo y capto toda aquella intensa humedad en sus ojos.
- Sergio... - vacilo.

Si hubo alguna respuesta en sus labios, murio antes de nacer. Y lo mismo las dudas, que estallaron como pompas de jabon. Los ojos de su compañero lograron el equilibrio. El resto lo hizo el mismo, reaccionando. Primero cogio el casco de ella y metio el brazo por el hueco de la hebilla. Despues se puso el suyo.

- Tengo que irme - dijo demasiado deprisa.

No lo detuvo,aunque quiso hacerlo, La moto volvio a atronar en el silencio. Sergio le dio gas una sola vez antes de levantar una mano como despedida e iniciar el descenso de la calle."


DIECINUEVE


"-¿Que se fue? - exclamo Carolina.
- Si, asi - chasqueo los desdos para ser mas explicita,
- Pero.. - evidentemente no lo entendia y repitio - Pero....
- Fue asombroso - dijo Montse - En un momento me estaba diciendo que era preciosa y al siguiente...

- Algo harias.
- Que no.
- Tia, que los tios no se van asi como asi.
- Pues el lo hizo. Y parecia a punto de echarse a llorar.
- ¡No!
- No me lo invento, ¿vale? Tenia los ojos totalmente humedos.
- Ah, vale - hizo un gesto como side pronto lo entendiera todo - ¡Que fuerte!
- ¿Que es lo fuerte? - se perdio Montse.
- ¿Es que no lo ves? Ya no se trata de que le gustes, ¡se ha colado! ¡Y lo ha hecho a lo bestia!

- ¡Anda ya!

- Tia, que se ha colado y tiene miedo - insistio Carolina antes de poner cara de extasis y agregar - ¡Que bonito! ¡Un romantico!
- ¡ Y tu, que ingenua!
- ¿Yo? Pero bueno ¿estas ciega o que? ¡Un chico capaz de llorar por lo que siente es...! ¡ Por favor, Montse! ¿No tiene ningun hermano? ¡Yo quiero que alguien me diga preciosa y se ponga a llorar a moco tendido!
- ¿Y si sabe lo mio?
- Preguntaselo.
- No puedo.
- Pues entonces, diselo. Pero no creo que eso.
- ¿Por que?
- Pues porque basta con mirarle a los ojos - repuso Carolina - Los tiene de carnero degollado ¡Pero si es un dulce! No se como no atacas.Y con lo que queda de verano por delante ¡una pasada! Ojala me ocurriera algo asi a mi, ibas a ver tu. Mejor dicho, de ver nada, porque me perderias de vista hasta septiembre,
- O sea, que soy la chica del año no, la de la gran suerte.
- Mira, si lo dices por esto - puso el dedo en el pecho de Montse - pase. Pero si lo dices por lo demas...No tienes mas que pensar en Arturo y ahora en Sergio. Es que ni punto de comparacion, vaya.
- Yo estaba enamorada de Arturo - reconocio Montse.
- Y yo de Nacho hace un año, mira esta. Y bien colada que estaba. Ahora en cambio ni yo lo entiendo. Lo veo y me pregunto si tenia el gusto en salva sea la parte. Ademas tu lo has dicho,estabas.Eso es pasado. O aun...
- No, ya no.
- ¿En serio?
- ¿Con lo que me hizo?
- Eso no significa nada. Si le quisieras, lo perdonarias y amen.
- Pues ya no lo quiero, aunque a veces recuerdo cosas, lugares... ya sabes. El otro dia, cuando habamos, lo comprendi. Me queda un ligero dolor, una resaca, ¿entiendes?. Pero se acabo.
- Eso es cierto - calculo Carolina - Los sentimientos siempre dejan un poso¿verdad?
- Yo mas bien diria una herida. Dicen que, cuando te cortan un brazo o una pierna, tu aun sigues sintiendolo y te dan ganas de rascarte los dedos porque te pican.
- ¡Ay, calla! - se estremecio su amiga.
- Soy una experta en hospitales ¿recuerdas? - bromeo Montse.
- Pues mira tu que bien.
Se detuvieron de pronto. Habia un coche aparacado delante de la casa de Montse. Y un coche nada tipico. Las siglas de una caden de television eran visibles en el capó del coche y la puerta. Carolina deslizo una subrepticia mirada en direccion de su compañera, que habia perdido su recion nacida sonrisa tras la broma. Pudo captar el abatimiento, el subito cansancion, el peso sobre los hombros cayendole encima, la profunda impresion causada por aquella aparicion.

- Por favor - le suplico Montse - entra conmigo.
- Claro.
En el fondo habria deseado dar media vuelta y echar a correr, pero sabia que era inutil, asi que entro en su casa seguida por Carolina."
Continuara....






 
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