lunes, 2 de febrero de 2009

Quinto latido


TREINTA Y CUATRO



"Carolina asomo la cabeza, en silencio, por la puerta de la habitacion de Montse. La pillo completamente desprevinida, de espaldas y ordenando su ropa, que estaba hecha un revoltillo encima de su cama. En ese instante parecia dudar, con una camisa de color frambuesa entre las manos. Opto por echarla al suelo, sobre un pequeño monton de prendas que se levantaba a su derecha.

- ¿Haciendo cambio de vestario? - la asusto.
Montse giro la cabeza.

- ¡Eh tia! - protesto - Podrias llamar ¿no?
-¿Por que? ¿Tienes miedo de que te pille con el? - se burlo la recien llegada.
- ¡Hala, que bestia eres! - exclamo Montse.

Carolina cerro la puerta a su espalda y entro. Se sento en la cama y cogio una blusa.

- Oye, esta no iras a tirarla, ¿verdad? Es monisima.
- No voy a tirar nada, solo hago un poco de limpieza- dijo Montse en tono paciente.
- ¿Y por que no me llamabas para algo tan delicado? Sabes muy bien que tienesel gusto al final de la espalda.
-¿Has venido a meterte conmigo?
- Bueno, deberia - calculo la visitante - Hace tres dias que no se nada de ti, ni te veo ni pareces acordarte de que existo.

Montse se sintio culpable. Coralina sabia como ponerle el dedo en la llaga. Dejo la nueva prenda que habia seleccionado donde estaba y se sento junto a su compañera. Le paso la mano por los hombros.

- Vale, lo siento. Perdona - dijo sinceramente.
- Es el sino de las que no tenemos novio - fingio echarse a llorar Carolina, dando rienda suelta a su lado mas payaso - ¡Estamos condenadas a la soledad, porque nuestras amigas guapas se lo quedan todo! ¡Buaaa!

Montse se le echo encima. Carolina no pudo con el ataque, especialmente porque ya se le estaba escapando la risa. Cayo de espaldas, retorciendose a causa de las cosquillas que le hacia su amiga. Fueron diez o quince segundos de liberacion y carcajadas, hasta que la atacante ya no pudo mas y las dos quedaron boca arriba, respirando con fuerza y retornando a la calma. Cuando lograron acompasar sus respiraciones, fue Montse la primera en hablar.
- Lo siento - dijo de nuevo - es que estoy en el septimo cielo, ¿sabes?
- Ya, ya - asintio Carolina, vehemente.
- En serio, ni siquiera se que dia es hoy.
- Ya, ya - volvio a decir - No hace falta que lo jures.
- Bueno tu decias que fuera a por el, ¿no?

Carolina se incorporo.

- No, si me gusta que sigas mis consejos, faltaria mas. A saber donde habrias ido a parar tu sin ellos.
- No seas fantasma. Hablo en serio.
- Ningun problema. Yo entiendo muy bien que dos son compañia y tres multitud. Pero ahora podemos ser cuatro...
- ¿Como que cuatro?
- Bueno - Carolina se miro las uñas de la mano derecha llena de satisfacion - Como anoche la nena se ligo a Quiquito.
-¿Te has ligado a Quique?
- Pse.
- ¿ A Quique Puig?
- No, si te parece sera Quique Martinez - la miro con cara de horror - ¡Pues claro que es Quique Puig, tia!
- ¡Guau! - dijo Montse plegando los labios en señal de admiracion - Que puntazo.
- Pero n es nada serio como lo tuyo, no vayas a creer - le quito importancia Carolina.
- ¡Anda ya, mujer fatal! - la empujo Montse- ¡Mira que eres fantasma!
-¡Uuuuh! - la asusto.
- Cuenta, ¿como fue? ¡Va!
- Nada importante, en serio. Coincidimos en la cafeteria, en el lugar adecuado y en el momento adecuado. Nos pusimos a hablar, quedamos para despues y, yo sabes, "que si me has gustado siempre", "ah, pues yo creia que tu...", "y mira que bien", y esto y aquello y lo de mas alla... Al final un besito y a ver que pasa.
- ¡Jo! - Montse la miro con admiracion.
- Venga pasa de mi. ¿Y tu que?
-¿Yo?
- Tres dias sin verte, despues de que lo devolvieras al pueblo, son muchos dias. Asi que cuenta.
- Pues no hay mucho que contar.
- Pero... - Carolina hizo un gesto de ambiguo misterio, oscilando y moviendo al mismo la cabeza y ambas manos, asi como los dedos.
- Nada, en serio - se encongio de hombros Montse - Paseamos, hablamos, nos miramos, nos besamos...
- Retrato de una pareja feliz - bautizo la estampa Carolina remarcando cada palabra con el aire.
- Pues si.
- ¿Te ha explicado algo mas?
- No, nada.
- ¿Le has preguntado?
- No.
- ¡Pues si que...!
- Quiero darle tiempo, en serio - se justifico ella- Todo esto nos ha cogido desprevenidos y, ahora tenemos algo maravilloso que no queremos perder. Yo no quise confesarle lo mio porque estaba aterrorizada: ahora lo se. El lo entendio y no me lo ha echado en cara. Y Sergio tiene algo muy dentro de si, algo que probablemente le hace mas daño de lo que yo misma pueda imaginar. Asi que no quiero forzar nada.
- ¿Crees que hubo otra?
- Es probable- reconocio valientemente Montse.
- Y le hizo polvo.
- Es probalbe - repitio por segunda vez.
- Asi que huyo de Tarragano, de su casa, dispuesto a inicar una nueva vida y entonces... ¡tu! - anuncio de nuevo Carolina como si hablara del guion de un pelicula.
- El dia menos pensado me lo contara todo, lo se. Es solo cuestion de tiempo. Ahora lo unico que queremos es estar juntos, ser felices. Dios mio, Carolina, es tan dulce, tan tierno, tan...
- ¿Hablas de un tio o de un pastel?
- ¡Vete a freir esparragos! ¿quieres?
Carolina la abrazo riendo.
- Vale,vale - quiso calmarla - Si es que me encanta, en serio. Y si pudieras ver la cara de tonta que pones...
- No tengo otra.
- Y pensar que al empezar el verano estabas mas funebre que en un entierro - suspiro su amiga dandole un beso de afecto en la mejilla.

Montse se quedo en silencio unos segundos.

- Como cambian las cosas en poco tiempo,¿verdad? - dijo al fin.
- ¿Que si cambian? - bufo Carolina incapaz de hablar en serio dos segundos seguidos - Fijate tu que, ahora que tengo a Quique, estoy empezando a plantearme lo de Fernando. A fin de cuentas, a una mujer como yo le gustan los retos.

Esta vez Montse le echo la almohada sobre la cabeza.
Y luego se le sento encima, sin hacer caso de sus gritos."




TREINTA Y CINCO



"El doctor Molins lanzo un largo y profundo suspiro de felicidad al hacer las ultimas comprobaciones. En su cara aparacio una significativa sonrisa que le iba de oreja a oreja.

- Querida - dijo - yo diria que nunca has estado mejor.
- ¡Bien! - asintio ella.
- Ya puedes vestirte - el medico se puso en pie - Te aseguro que pocos pacientes mios tienen un estado tan saludable como el tuyo.
- Osea que...
- Mira si por mi fuera, ya no te querria ver mas el pelo al menos en seis meses o un año. Pero para seguir con los examanes rutinarios, calculo que septiembre deberiamos echar un nuevo vistazo. Por seguridad.
- O sea que en agosto, ¡estoy libre! - dijo Montse.
- Del todo.
- Fantastico - canto ella llena de alegria.
- A ver - bromeo el medico - ¿o te creias que ibas a fastidiarme las vacaciones?
- No, no, por favor.
- Pues eso.

Era una persona encantadora. La habia ayudado mucho. Supo darle confianza en los peores momentos y esperanza cuando parecia no haberla en ninguna parte. Le caia muy bien, pero el hecho de no verle en todo un mes era la mejor de las noticias.

- Te noto... no se, distinta - dijo el doctor Molins desde la puerta, antes de reunirse con los padres de su paciente.
- ¿Ah, si?- se detuvo Montse.

No sabia que se le notase tanto.
- Si, te brillan los ojos, estas muy alegre, bromeas.. En una palabra: pareces radiante.
- Pues no se - se puso roja sin poder evitarlo.
- Vale, vale, como decis los jovenes. Sea lo que sea es bueno. Sigue asi. Cuando alguien esta enfermo, la cabeza influye mas del cincuenta por ciento en la recuperacion total. Te espero fuera.
- Voy en seguida.

El doctor Molins salio y la dejo sola. Acabo de vestirse. Penso que le habira gustado contarselo, pero uan le daba un poco de corte y verguenza. La gente mayor opinaba todavia que los amores de antes de los veinte no funcionaban. Sonreian, decian "oh, que bien" y cosas asi, pero en el fondo se los tomaban con si los jovenes estubiesen jugando. No entendian que no era un juego, que el amor a los dieciseis, diecisiete o dieciocho años es casi siempre lo mas fuerte y fundamental. Incluso a los quince, como su prima Asun, o los catorce como Miriam, la del colegio, que despues de cuatro años seguia igual de enamorada de su novio.

Los mayores olvidaban pronto como fueron sus años de adolescencia y la juventud. O decian que eran otros tiempos diferentes.
¿Desde cuando el amor cambiaba con los tiempos?
Acabo de vestirse y salio fuera, donde el doctor Molins estaba asegurandole a su madre que no verla en todo un mes era una buena señal y no se preocupara."


Continuara....

3 comentarios:

* Cris * dijo...

Cómo nos puedes traer sólo esto?? Que es muy poco.... Que yo quiero más!!!!!

Me alegro que Montse esté mejor, la verdad. Tengo ganas de que vuelva a verse con Sergio otra vez.

Mañana más ehh?? jajajaja


Besazos guapetona!!

Anónimo dijo...

Siii..es poco..ni una visita a Sergio ni nada..ayy..Bueno,hay que esperar..El amor es bueno a todas las edades,desde las "cosillas" que se tienen en el colegio que son importantes y bonitas,hasta el amor de una pareja de ancianos,paseando por el parque..
Besos! =)

Anónimo dijo...

Pués no és x fastidiar pero...he hexado de menos a sergio jajajajaja....El amor a los 16 ...fíjate q yo empezé a salir con mi marido a esa edad.....Vamos q de tonterias nada.besos.

 
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